Sí, siempre he necesitado el punto bueno de los demás para poder sentirme orgullosa de mi misma. Desde que tengo memoria ha sido así. Lo que hacía tenía que ser Perfecto o estaría mal. No tenía otra salida. Necesitaba que todos apreciasen lo que hacía o me sentía sola y vacía. Dependía de los demás, y sí, lo sigo haciendo. . . cada vez más.
Soy una perfeccionista lo mires por donde lo mires. Y sí lo seguiré siendo. Porque en este mundo solo la perfección llega lejos.
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